Más al sprint que nunca

CEM AUTOhebdo SPORT


Hay quien define las pruebas de montaña como los cien metros lisos del automovilismo. Una comparación muy acertada porque, al igual que en la prueba reina del atletismo en pista, en las 'carreras en cuesta' del mundo del motor lo que prima es la velocidad en un espacio reducido.

Algo especialmente cierto en las muy cortas 'hill climb' británicas, con recorridos que no superan una milla de longitud y se recorren en bastante menos de un minuto la mayoría de las veces.

Comparadas con las pruebas inglesas, las subidas del resto de Europa son largas. Algo así como un 'doscientos' o un 'cuatrocientos' atlético. Carreras de mayor longitud en las que, de todas formas, la velocidad y la brevedad siguen siendo sus principales características. 

Son competiciones que exigen un esfuerzo breve, intenso, explosivo. Que no admiten dudas ni permiten errores. Cualquier titubeo o el más mínimo fallo suponen una pérdida de tiempo que raramente es posible recuperar.

Las milésimas son preciosas, las centésimas cuestan caras, las décimas suelen ser una diferencia insalvable.

Con algo más de cuatro kilómetros de longitud, repartidos en dos zonas diametralmente opuestas en sus características, la subida a Chantada se podía asimilar, siguiendo con el símil del atletismo, a un cuatrocientos en pista cubierta. Una prueba con dos mitades muy diferentes, que pasa de la holgura que ofrece todo el ancho de la pista en la primera vuelta a las apreturas de la calle libre en la última.

En el caso de la prueba gallega del motor, la parte estrecha era la inicial, zigzagueando entre viñedos antes de dar paso a la amplitud de la sección final sobre la nueva carretera nacional, construida unos pocos años antes en sustitución del viejo trazado, mucho más angosto.

Para los más veteranos, la obra pública había arruinado bastante del encanto del viejo recorrido, que al menos se mantenía en sus primeros dos kilómetros. En el  verano del 1996, la gravilla suelta tras el reasfaltado de esa parte antigua acababa por causar que la prueba del Campeonato de España se tuviera que disputar usando sólo la más moderna.

Entre mil y una polémicas, la subida a Chantada se celebraba sobre apenas dos kilómetros de ancha carretera, con hasta tres carriles y amplios arcenes. Desde la salida, en el popular cruce de los cipreses, hasta la llegada, unos metros antes del cementerio, el recorrido era una vertiginosa sucesión de curvas enlazadas que no daban respiro. Poco más de dos mil metros que se hacían con el acelerador a fondo y el corazón en la garganta.

Para cumplir con las distancias mínimas estipuladas por el reglamento se tenían que hacer tres mangas de carrera, estableciéndose la clasificación con la suma de los tiempos logrados en todas ellas. Unos cronos que para los más rápidos apenas sí superaban los cuarenta segundos, al más puro estilo de las subidas británicas pero con mucha mayor velocidad.

En los estrechos caminos de las pruebas inglesas se podían llegar a alcanzar, a duras penas, los 120-130 kilómetros por hora de promedio.

Más de prisa se había rodado ya en el Campeonato de España cuando en la Sant Cugat-Tibidabo de la segunda mitad de los ochenta las medias de los ganadores se acercaban a la barrera de los 140 o en el Col de la Botella del 1990 rozaban los 150.

Mucho más rápido se subía ese domingo 28 de julio del 1996 en Chantada. El vencedor, Aitor Zabaleta, se imponía en las tres mangas con un promedio final en torno a los 165 kilómetros por hora.

Por su brevedad y su velocidad, la montaña siempre había sido una especialidad al 'sprint'. Aquel caluroso domingo de verano en la Ribeira Sacra lo fue más que nunca.

Este relato pertenece a la sección 'Momentos' del capítulo de la temporada del 1996 en el libro '50 años de carreras en cuesta', dedicado al Campeonato de España de Montaña, primera obra de la colección “Historia del Deporte del Automóvil en España”, con la que la RFEDA pretende aglutinar la historia de las diferentes especialidades del automovilismo deportivo en nuestro país a través de una serie de publicaciones sobre los diferentes certámenes. Más información